La palabra “reflejo” proviene del latín “reflectere”, que significa “volver atrás”. Este término evoca la idea de la luz que rebota o devuelve una imagen o impresión de algo. Cada espejo refleja la noción de introspección y autoconocimiento al permitirnos mirarnos a nosotros mismos, tanto física como emocionalmente, como si el espejo fuera una metáfora de la mente, reflejando nuestros pensamientos, emociones y percepciones internas.